Octubre, mes internacional para la sensibilización sobre el cáncer de mama.

Más de 25.000 personas (mayoritariamente mujeres) son diagnosticadas de este tipo de cáncer cada año en España. Casi el doble que hace 10 años gracias, entre otras, a la mejora de las técnicas de detección precoz, a la información, a la educación y a la concienciación social. El cáncer de mama puede ser detectado temprano y tratado de forma efectiva.

Los avances médicos han logrado una supervivencia que supera el 90% a los 5 años del diagnóstico (datos AECC año 2018), pero aún queda camino que andar para erradicar su mortalidad. Porque hoy en día sigue siendo el cáncer que más muertes de mujeres provoca. 1 de cada 8 mujeres, desarrollaremos cáncer de mama a lo largo de nuestra vida. Tú. Yo. Esa mujer que tienes ahora mismo a tu lado. Incluso 1 de cada 100 veces, le podremos poner nombre de varón.

Lo sé. Ahora mismo estás pensando en alguna guerrera que ha luchado o que hoy está en pie de guerra contra este mal bicho, ¿no? ¿Estás rabiosa? ¿Triste? ¿Cabreada? ¿Asustada? ¿Todo a la vez?

Pues dejemos de ser políticamente correctas:

El cáncer de mama es otra lucha más con nombre de Mujer, con M de Marrón, M de Miedo, M de mama, M… de Mierda! Sí, este cáncer es una caca.

El cáncer puede asustar, agobiar, dejarte temblando de miedo, apagar tu luz, quemarte los circuitos, aplastarte el pensamiento. Y para colmo, su cura pasa por tratamientos frecuentemente agresivos que te dejan agotada, te matan poco a poco, te dejan cicatrices en el cuerpo y en el alma y ponen tu mundo, tu cuerpo y tus hormonas patas arriba… Pues eso, un marrón, una mierda en todo su esplendor. Rosa. Pero mierda, al fin y al cabo.

Afecta a nuestro yo más femenino en términos bio-fisiológicos y su incidencia aumenta con la edad. En algunos casos, puede venir acompañado (antes o después) de un cáncer de ovario, otro más “patrimonio” de las mujeres. Incluso hay ocasiones en las que se presentan conjuntamente y causan lo que viene a llamarse síndrome de cáncer hereditario de seno y de ovario.

En fin, que podríamos rebautizarlo como el “cáncer de la mamma”, y no nos equivocaríamos. Y esto no es una broma. Es un cáncer de mierda que clínicamente afecta a la mujer, pero que anímicamente impacta a hij@s, madres, padres… y, a veces (espero que cada vez más), por ese poquito de yang que hay en todo yin, el cáncer nos enseña a valorar, a evitar prejuicios y banalidades, a eliminar lo superfluo, a saber disfrutar de “la vie en rose”, en fin, a ser y vivir felices, fin último de toda “mamma”.

Yo propongo que por una vez, colgarse un marrón sirva para algo, que nos pasemos este marrón unas a otras y llenemos de vida, actitud, esperanza y optimismo esta guerra de mierda. Utilicemos esta maleducada mierda rosa para educar en la importancia de las revisiones ginecológicas, de la prevención, de las autoexploraciones, de los tratamientos médicos y terapias alternativas, de la investigacion, de la información y concienciación, de la cooperación.

Estamos en el mes de la mierda rosa. Pues convirtámosla en trending topic, para concienciar y apoyar, para reivindicar, para que se vea que “lo rosa” de verdad importa. Es el mes para gritar más alto, para que se nos oiga más, para no pasar desapercibidas. Sin camuflajes. Sin maquillajes. Sin peluca. Sin pañuelo. Con conciencia de mierda (rosa).

Y, por supuesto, a todas las protagonistas que estáis en lucha, os deseo love y mierda… mucha mierda (rosa)!

#cacadecancer #anikworldwide #anikinlove #neonisthenewbag #lovemucholove #anikinpink

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